En un acto de despiadada crueldad, la actual alcaldesa de Guaymas, Karla Córdova, ha sido acusada de ordenar el asesinato de perros utilizando métodos brutales durante su gestión como responsable de salud en 2011. Testimonios escalofriantes han surgido, revelando que Córdova prefirió la electrocución, una forma de ejecución ampliamente considerada como una tortura inhumana. A pesar de las ofertas generosas de médicos veterinarios dispuestos a donar el medicamento adecuado para un final más digno, la hoy alcaldesa optó por la crueldad sin límites.
Este descubrimiento ha sacudido a la comunidad de Guaymas y ha provocado una ola de indignación en todo el país. Expertos en ética animal han denunciado enérgicamente esta práctica aberrante, subrayando la necesidad urgente de medidas más estrictas para proteger a los animales de actos tan atroces. En un momento en que la sociedad exige compasión y empatía hacia todas las formas de vida, los detalles espeluznantes de esta historia han dejado a muchos preguntándose cómo alguien podría ser tan despiadado.
La Dra. Beatriz Vanda, secretaria técnica del Programa de Bioética de la UNAM, ha condenado enérgicamente la electrocución como una forma de tortura animal. “Es un método inhumano que inflige un sufrimiento extremo a los animales”, declaró la Dra. Vanda en una entrevista exclusiva. Sus palabras resuenan como un recordatorio sombrío de la importancia de tratar a todas las criaturas con respeto y compasión, un mensaje que parece haber sido olvidado por la alcaldesa Córdova.
La preocupación por la reelección de Córdova se intensifica, especialmente con la revelación de que el gobernador Alfonso Durazo, conocido por su compromiso con la protección animal, está profundamente consternado por estos eventos.